La depresión es uno de los trastornos más comunes en la sociedad actual. Esta condición, como ocurre con muchas otras, puede afectar de una forma muy directa durante la conducción de cualquier tipo de vehículo. Por ser una enfermedad con síntomas poco visibles a simple vista, es usual que se minimice el problema o no se relacione con las funciones directas que llevamos a cabo al volante.

¿Conoces las consecuencias que puede acarrear coger el coche con depresión?, ¿sabes realmente cómo puede afectar? En este artículo te mostramos cómo las personas que son propensas a la depresión pueden cometer más errores mientras conducen, la forma en la que afecta y lo que puedes hacer para mejorar la seguridad en estos casos.

¿Qué es la depresión?

El trastorno depresivo es denominado comúnmente como depresión y se trata de un problema mental de entre los más habituales en la actualidad. Entre sus síntomas destaca el bajo estado de ánimo, la falta de ganas por practicar actividades que antes resultaban reconfortantes o las dificultades para experimentar el placer. Tener un día menos animado se encuentra dentro de lo natural; sin embargo, cuando este estado se prolonga, suele ser indicativo de depresión.

Como se trata de una condición diferente a un simple cambio de ánimo eventual, este estado puede afectar a las diferentes facetas de la vida de los pacientes que la padecen. Tanto es así que la vida familiar, social o laboral se pueden ver muy perjudicadas. Esto, normalmente, empeora todavía más la sensación de desasosiego de la persona que lo sufre.

Cuando los síntomas son evidentes y no pasan con el tiempo, es crucial informarse sobre el tema y tomar cartas en el asunto. En https://menteypaz.com/ puedes encontrar información muy completa sobre los estados de ánimo y las diferentes patologías que son más comunes en la población actual, como la ansiedad y la depresión. Además, es importante acudir a un especialista (médico, psicólogo o psiquiatra) para que diagnostique con exactitud el problema y proponga el tratamiento profesional adecuado.

Así afecta la depresión a la conducción

La depresión es un problema de salud mental que puede afectar a prácticamente cualquier persona, de hecho, se estima que un 3,8% de la población la sufre. Como previamente mencionamos, esto va a tener efectos en la vida del afectado a muchos niveles y la capacidad de conducción es uno de ellos.

Este trastorno va a elevar considerablemente las probabilidades de tener un accidente en la carretera, por lo que se trata de algo más serio de lo que se pueda pensar. Por otro lado, dadas las dificultades para la concentración o para la atención que pueden sufrir las personas con depresión, también van a ser más propensas a cometer pequeños errores al volante. Esto podría ser poca cosa, sin embargo, cuando se conduce un coche, cualquier error mínimo puede suponer un riesgo para la vida propia y la de los otros.

Los conductores que se enfrentan a este problema sin saberlo o sin buscar un tratamiento pueden verse implicados en accidentes o problemas viales. Además, está el caso de los que sí están recibiendo un tratamiento médico farmacológico. Estos pacientes deben tener mucha precaución y leer detenidamente las instrucciones de los medicamentos que están tomando para combatir el trastorno. Algunos de estos productos van a afectar también de forma negativa a la conducción, pueden causar somnolencia, falta de atención o problemas en los reflejos.

¿Cómo detectar la depresión?

El primer paso para evitar todos estos problemas y riesgos es detectar la depresión a tiempo y acudir a un experto en este ámbito, como un médico especialista. La única forma de hacerlo es conociendo los síntomas y pidiendo ayuda en caso de experimentarlos. Son los siguientes.

Síntomas en el estado de ánimo

  • Sensación inusual y constante de tristeza
  • Falta de emociones en general
  • Irritabilidad
  • Falta de ganas de realizar actividades
  • Anhedonia
  • Disminución de la actividad social y las relaciones personales

Síntomas cognitivos

  • Problemas en la memoria y olvidos más frecuentes
  • Falta de capacidad de concentración y atención
  • Pensamientos negativos habituales e incluso catastróficos
  • Distorsiones de la percepción sobre la situación real que se vive

Síntomas psicofisiológicos

  • Alternación del sueño por insomnio o por exceso de sueño
  • Falta de apetito o consumo compulsivo de alimentos
  • Fatiga generalizada
  • Disminución del deseo sexual o deterioro en las relaciones íntimas
  • Malestar general que se puede materializar en dolores de cabeza, molestias en el estómago o mareos, entre otros

Consejos de seguridad en la conducción para personas con depresión

Cuando los síntomas que se han descrito aparecen y se prolongan en el tiempo, es muy importante ponerse en tratamiento, pues la depresión es un trastorno que puede mejorar y que se puede superar. Lo habitual es que se combine una terapia psicológica con una farmacológica para obtener buenos resultados.

Mientras tanto, cuando todavía no se obtiene un diagnóstico definitivo, hay determinadas precauciones al volante que se pueden tomar para evitar problemas. Cabe destacar que, si es posible, se debe conducir lo mínimo imprescindible. Cuando se haga, es interesante aplicar estos consejos:

  • Descansos regulares cuando se va a conducir para mantener la mente despierta y agudizar el estado de alerta
  • Dormir lo suficiente la noche anterior antes de coger el coche
  • Cuando hay estados muy alterados de tristeza o ansiedad es más adecuado evitar el coche o esperar
  • Alimentarse adecuadamente para tener energía y mantenerse bien hidratado mientras se conduce
  • Evitar al máximo todo tipo de distracciones al volante, como el uso del teléfono móvil e incluso la radio si es necesario
  • Prestar especial atención al entorno y los obstáculos que se puedan presentar en el trayecto
  • Emplear un asistente de navegación que ayude a escoger debidamente los trayectos y mantenga alerta

Al emplear todas estas pautas se mejora la seguridad al volante cuando existe una depresión o cuando se sospecha que puede estar desarrollándose. Es importante seguirlas, ya que los pequeños despistes al volante no ponen solo en riesgo la salud del conductor: también la del resto de pasajeros, transeúntes y conductores. Los profesionales que gestionen el tratamiento de las personas con depresión serán los que mejor puedan asesorar sobre cuál es el momento de volver a conducir normalmente o cuándo evitarlo.